Una tabla de quesos puede ser muy sencillo, pero tendrá más éxito si se tienen en cuenta , cómo presentar los quesos, cuántos tipos de queso servir, con qué acompañarlos, cómo complementarlos.
Para que luzca más la tabla de quesos escoge una base para servirlos que sea simple y limpia, sobran las decoraciones, lo que tiene que destacar son los quesos y lo que les acompaña. La tabla debe ser amplia para que todos los quesos se puedan presentar espaciados, puede ser de madera, de cerámica, de pizarra, de cristal o del material que prefieras,....
Los quesos deben estar bien cortados y naturalmente, libres de cortezas que no sean comestibles. Suelen servirse en forma de abanico, aunque se pueden cortar de distintas formas, pero lo ideal es que en la presentación , los quesos más suaves se encuentren en la parte exterior y los más fuertes en el interior, así se empieza la degustación de fuera a dentro.
Luego están los acompañamientos, sin obviar unas finas tostas o unas galletas dulces que contrastan en sabor, es casi imprescindible combinar con alguna fruta, mermelada o frutos secos que subliman su valor gastronómico. Desde el tradicional membrillo, las uvas, pasando por la manzana o la pera, también son muy comunes las nueces, pero no podemos olvidar las almendras, los piñones o los pistachos, y las mermeladas más variopintas.
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